Gustavo y la máquina de montar monstruos es una novela infantil de Enrique Carlos Martín en la que hay muchos frikis, pero también mucha ciencia, una abuela despistada y una bonita historia de amistad.
Friki no quiere friki
Gustavo es un niño peculiar; lo es porque a su edad es un apasionado de la ciencia, pero no un apasionado al uso que se conforma con leer libros y ver documentales. No. Gustavo va más allá. Gustavo ha creado él solito y juntando diferente cacharrería una máquina para crear monstruos, al estilo Frankenstein. Y sí, es que el avezado doctor es, sin duda, su referente.
Este curioso hobby hace que Gustavo pase mucho tiempo consigo mismo y sus experimentos y que, por tanto, no tenga muchos amigos. Bueno, ninguno. De los malotes de la clase procura no saber nada. Y con los que llaman frikis tampoco quiere juntarse, por eso, porque son unos frikis. Él no. Él ni es malote ni es friki, solo es un alma solitaria. O eso cree, claro.
Friki necesita friki
El caso es que tras mucho esfuerzo y poner la máquina en funcionamiento algo falla. Esto hace que tenga que cambiar los planes y para que esos nuevos planes salgan bien necesita amigos. Amigos o una tapadera para sus verdaderas intenciones, pero los necesita. Y es el momento en el que Gustavo, de forma interesada, empieza a buscar un grupo para un concurso de tartas que hay en el pueblo ¿Y qué tienen que ver las tartas con los monstruos? Pues nada, no tiene nada que ver, pero ya te he dicho que es todo una tapadera para que Gustavo pueda arreglar su máquina de montar monstruos que necesita un ingrediente que va a encontrar a mansalva en ese concurso. Todo esto le llevará a mentir y manipular vilmente a sus compañeros, pero quién sabe, puede que incluso les coja cariño. Lo que te puedo asegurar es que se monta un follón tremendo y ocurren cosas muy locas. Lo demás, ya te lo dejo a ti.
«Nervioso, corrió por la habitación abriendo cajones y portezuelas. Volvió a la cinta transportadora con la lupa más grande que encontró, tropezando con dos sillas, una cajonera y tirando un flexo al suelo. Acercó la lupa al lugar donde había notado aquel mínimo movimiento, con la respiración entrecortada.
Y lo vio.
Mejor dicho, LOS vio.»
Risas aseguradas
Gustavo y la máquina de montar monstruos es, sobre todo, un libro muy divertido. Enrique Carlos Martín, narra con mucho, muchísimo humor, con un humor que juega con el despiste y el absurdo. Y con personajes entrañables y divertidos de por sí, como la abuela de Gustavo que es un despiste con patas. Así que no pasarás una página sin haberte echado unas buenas risas.
Enrique Carlos Martín
Este escritor es, además, ilustrador, de hecho, ha ilustrado él mismo este libro. Y te puedo asegurar que los dibujos son una pasada. Ha trabajado como diseñador gráfico, ilustrador de cuentos, libros de texto…también ha hecho muchos cómics. Gustavo y la máquina de montar monstruos es su primera novela. También tiene publicado para niños Cero Cero Perico y en no ficción ha colaborado en el libro de la editorial MOLPE Escribir y publicar una novela. Además tiene un blog muy interesante en el que entrevista a distintos autores de literatura infantil y juvenil. Te dejo aquí su web para que sepas algo más sobre él.
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Y con esto y un friki te lo lees en un pliqui.
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